lunes, 9 de junio de 2014

Comenzando la jugada Tercera Parte: El llanero solitario

Si eres de los que mejor solo que mal acompañado; no vas a tener problema de discusiones; incompatibilidad de horarios y todo lo que supone contar con segundas personas para hacer algo.
Puedes entrenar lo que quieras; como quieras y a la hora que quieras.
¿Problema? Para mí el principal es la pérdida fácil de motivación; sobre todo si no eres de los que hacían ejercicio de forma habitual.
El siguiente sería el altísimo riesgo de lesiones que corres entrenando sin supervisión o sin pedir consejo a otros (me refiero a si eres un Juan Palomo)

¿Consejos? Varios.

El primero; en cuanto a motivación:
-No dejes que ningún pensamiento negativo se asome a tu cabeza. No lo permitas. El deporte SIEMPRE va a beneficiarte; no merece ningún comentario negativo. Lo poco que hagas; hecho está, y es bueno sin excepción. Lo  malo y criticable es NO HACER NADA.

-NO PIENSES. El eslogan de Nike es buenísimo para motivar a cualquiera; ya lo dice Cristina Mitre en su libro "Mujeres que corren": JUST DO IT.

Hazlo. Hazlo. Hazlo. Cuadriculado. Obcecado. No pienses. Ñu.


Un buen truco que a mí por lo menos me sirve es ponerme los aperos (que dirían en mi tierra) de correr lo más rápidamente posible. Para obligarme a no pensar en lo que hago; pongo música a tope y canto alto. Así distraigo la mente y evito correr el riesgo de que aparezcan los: "Buff, qué pereza"; "anda que para 15 minutos"; "quién me manda a mí"; "si además parece que va a llover"... y un largo etcétera. Hay más excusas que alemanes en Mallorca.



<---- Esto es lo que pienso sobre esas excusas.





Si puedes, intenta decirle a toooodos en casa que sales a correr.

Como la probabilidad de que se rían de tí es del 200%; eso te facilitará el quererles cerrar la bocaza y que no te rindas tan fácilmente cuando salgas.
Y debes salir pitando. Una vez atravesada la puerta; ya no hay marcha atrás.
Yo voy ajustando el pulsómetro; poniéndome los cascos con el manguito en el ascensor (antes lo hacía bajando las escaleras y lo pagué caro) y estiro 10 minutos abajo, o empiezo a trotar suave y estiro al llegar al inicio del circuito.

Cuando empieces a rodar; es probable que a los 5 minutos reaparezca de nuevo el deseo del abandono. Aunque aún  no estés cansado; estás ya aburrido. Eso es porque dejas hablar a la maligna vocecilla de la pereza; que va a despertar de nuevo de su letargo, en forma de: "Vaya aburrimiento"; "Y todavia me quedan dos vueltas"; "Si ya me está empezando a doler la rodilla", "buff, necesito ir al baño".



Mira, no. De casa se sale con todo hecho. Y si no; no me digas que nunca has sido capaz de aguantarte media hora sin ir al baño.


Y la rodilla si te duele a los 5 minutos de empezar a correr es porque nunca la habías usado antes.O avisa al periódico y que reporten la primera tendinitis rotuliana tras carrera de 120 segundos; por favor.        

       Uuuhh, deporte de riesgo. 


Hazme caso; combate cada pensamiento que te eche para atrás.
Recuerda por qué quieres el cambio. Imagina un nuevo tú; en mejor forma; más fuerte o más delgado, o lo que te haya llevado a empezar. Planea futuras carreras, o piensa en otro circuito para la próxima, mantén la mente distraída aunque sin alejarte demasiado de la temática running para que no desconectes del todo.




Recupera imágenes de ese vecino que empezó a hacer ejercicio y flipas como está ahora (ay omá); imagínate haciendo deporte con tus hijos; unas vacaciones multiaventura en familia; cosas que pueden ser posibles con una buena forma física.


Si quieres piensa en los malditos selfies del "antes y después" de todo zurriburri que corren por Instagram.
Puede que algunos tengan truco, pero te puedo asegurar que otros muchos tienen un duro trabajo detrás, y mucha, mucha paciencia(*)




Todo esto; sólo para lograr un objetivo: TERMINAR.
Aunque vayas lentísimo.
Aunque sólo sea una vuelta.


¿Por qué? Porque la sensación que viene después es tan maravillosa; tan adictiva; tan satisfactoria; que hará que la segunda vez sea menos costosa.
Retén esa sensación en la memoria; saboréala; y úsala a las 48 horas (no esperes más) para animarte a salir de nuevo por esa puerta; con la pereza en casa, y las ganas puestas.


No sé si te habré logrado animar algo para que salgas a darle a tu cuerpo alegría (macarena). Si ha sido así, aquí tienes una nueva admiradora que está orgullosisíma de tí, y de que hayas dado este paso.
Y que sabe que detrás de el primero, va el segundo; y así un caminito para toda la vida que no tiene precio.

No te lo pierdas.
Por favor, no lo hagas.



(*)Si tienes Instagram; te recomiendo que sigas a alguno de éstos fenómenos transformers; de verdad que te motivan. Y casi todos son muy amables y responden las dudas que les preguntes. Como Shonda Wagner, por ejemplo:

http://fitmomdiet.com/momspiration-shonda-wagner/